[The centenary of the Sociedad Argentina de Pediatria and their publications].

Este año que estamos comenzando tendrá para nuestra Sociedad una relevancia muy especial, nada menos que celebrar su centenaria presencia en la pediatría de nuestro país. En el diccionario de la Real Academia Española la primera acepción de la palabra celebrar es “Conmemorar, festejar una fecha, un acontecimiento”. Conmemorar se relaciona con recordar, palabra que deriva del latín (cor, cordis 'corazón') es decir que, al menos desde la época del Imperio Romano, su significado va más allá que tener a alguien o a algo presente en la memoria, significa que los recuerdos "pasan por el corazón", el lugar al que aún hoy lo hacemos participar en nuestros sentimientos. Esta milenaria etimología de la palabra recordar se aplica muy bien al centenario que estaremos celebrando este año ya que sin duda “nos toca el corazón”. Es muy emotivo vivir este momento, rememorar que en aquel 1911 unos verdaderos pioneros con gran sabiduría y visión, pensaron que valía la pena agruparse y bregar por el desarrollo de esa incipiente disciplina médica que implicaba una mirada diferente de la niñez y de su cuidado. Era el nacimiento de algo que ya no se detendría y por el contrario, los impulsos y la motivación que tuvieron los fundadores se mantuvieron en forma creciente a través de los 100 años transcurridos. Nuestra Sociedad es un verdadero orgullo de la medicina argentina, por su trayectoria, por mantenerse unida en todo el país sin discordias (palabra que también deriva de cordis, corazón) y con el solo propósito de cuidar la salud de la infancia, la etapa más preciada del ser humano. Su gestión estuvo siempre ajena a cualquier otro interés que no fuera ese objetivo principal y así logró mantener la unión y crecer en forma federal en un país plagado de individualismos y con interminables crisis. Entre tantos aspectos trascendentes e importantes en donde nuestra Sociedad se ha destacado notablemente, algo que sería imposible mencionar en este espacio, debemos destacar las publicaciones científicas, que están presentes sin interrupciones desde etapas muy tempranas, incluso previas a su fundación. Esto último es literalmente así ya que en 1905 nacen los Archivos Latinoamericanos de Pediatría, siendo sus principales emprendedores el Dr. Gregorio Aráoz Alfaro (años después el verdadero artífice de la fundación de la SAP) y el Dr. Luis Morquio, de Uruguay. Esta revista, que se editaba en Buenos Aires, cumplió un exitoso ciclo de 25 años, hasta 1930, momento en que las Sociedades de los países que la dirigían decidieron que ya era oportuno que cada una tuviera su propia revista. Ahí nació Archivos Argentinos de Pediatría, su primer número se publicó en abril de 1930 y la primera editora fue la Dra. María Teresa Vallino, siendo presidente de la SAP el Dr. Alfredo Casaubon. Ambos merecen un sentido homenaje por haber sido los precursores de nuestra revista y por su modestia, ya que en el primer editorial comienzan diciendo: “Esta revista, no es en realidad, un nuevo órgano del periodismo médico: es solo un retoño vigoroso del viejo tronco que se llamó Archivos Latinoamericanos de Pediatría...”. Ese “retoño” fue creciendo, en gran medida gracias al empeño de destacados editores, entre varios otros, Florencio Escardó, Juan Murtagh, Alfredo Larguía, Carlos García Díaz, Teodoro Puga, y llega ininterrumpidamente hasta nuestros días, próximo a sus florecientes 81 años de edad. Hoy en día, Archivos tiene el orgullo de ser desde 2008 una de las dos únicas revistas pediátricas en idioma castellano indexadas en el Medline. Esta distinción no significa nada si no perdura, pero significa mucho si la mantenemos y asimismo, mejoramos, algo que solo se podrá lograr con trabajo y motivación. Seguramente, este año tan especial del centenario de la Sociedad nos ayudará a renovar nuestra confianza para continuar por la senda que llevamos y emprender caminos a nuevos horizontes. n